Aunque a había ido en alguna ocasión, era muy pequeña y no lo disfruté como hoy.
Estaba sentada en los bancos del coro, de manera que veía al director de frente, y a la orquesta de espaldas. Nunca había estado sentada de cara al director, y me ha gustado mucho verle, la expresividad con la que dirigía a la orquesta, como "murmuraba" palabra, como tomaba el aire con la orquesta, y como se movía y le daba tiempo a llegar a todos los lados.
No me había fijado en el órgano, y todos los que estábamos en ese lugar, hemos pegado un salto al escucharlo por primera vez, que por cierto, tenía unos espejos retrovisores.
Me he quedado con la duda de unos de los instrumentos que ha entrado en juego en la segunda pieza. Era un sonido progresivo que parecía que vibraba. El instrumento era circular con tubos de metal abiertos por uno de los lados y el músico lo estaba tocando con un arco. Aún sigo buscando el nombre pero no logro encontrar el nombre del instrumento.
La experiencia ha sido muy bonita, el poder escuchar la música en directo y ver la coordinación de los músicos al tocar. Es una oportunidad que está a nuestro alcance -más de lo que pensamos- y de la que merece la pena disfrutar.
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